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Con música buscan sembrar la esperanza y la paz

A través de la cultura musical, el maestro Nathanael Lorenzo Hernández impulsa proyectos para pacificar comunidades y cárceles en Oaxaca.

A través de la cultura musical se está buscando pacificar a comunidades indígenas y centros de reclusión en Oaxaca, enseñando música y canto a niños y jóvenes en pueblos rurales, así como a personas privadas de su libertad.

El precursor del proyecto es el maestro en arte musical Nathanael Lorenzo Hernández, quien en su prototipo de readaptación social en las cárceles ha empezado a ser reconocido por instituciones de seguridad federal.

Los reclusos han dejado de coser balones; ahora aprenden partituras y ensayan para hacer uso de un instrumento musical, lo que les ha llevado a alejarse de las drogas y la violencia.

Nathanael es la cabeza del proyecto musical que opera el Secretariado Ejecutivo de Seguridad Pública para cambiar el rostro de la violencia que tiene Oaxaca.

«Yo vengo del ecosistema musical de las comunidades, mi única formación es la que me dio mi comunidad, la sierra chatina, yo hago lo que más me gusta hacer, que en mi caso es música tradicional; el poder que tiene el arte en la vida comunitaria es el de ayudar a salir adelante a nuestras comunidades indígenas, que han sido las benefactoras de sus propias instituciones artísticas, de sus bandas de sus compañías de danza y eso yo lo traigo muy arraigado. Yo solo instruyo música y lo hago como más allá de mi compromiso como servidor público, sino como persona», explicó Nathanael.

Para pacificar a los pueblos, el funcionario trabaja creando coros musicales con niños de la región de los Coatlanes, además de fomentar la creación de bandas musicales, apoyándolos en la creación de los materiales discográficos en la zona de la Mixteca y la Sierra Sur.

Nathanael Lorenzo Hernández es originario de la comunidad de Nejapa de Madero, Yautepec. Es compositor, educador de música tradicional y tiene en su repertorio la grabación de siete discos de música, además de 10 videoclips; además, ha elaborado el soundtrack para cortometrajes y películas c en Europa.

Su incursión en la música comenzó a los 9 años cuando compuso su primer tema musical, donde aprendió que la música es un lenguaje que ayuda a cambiar a las personas. «Lo entendí cuando pasé a ser intérprete, después de ser compositor y dar el paso hacia la enseñanza, donde me di cuenta que un instrumento musical en las manos de un niño es más fuerte que un arma», compartió.

Asimismo, reconoce la estrategia de paz del Gobierno de Oaxaca porque se incentiva la cultura para erradicar las expresiones de violencia y beligerancia entre los oaxaqueños.

Un ejemplo de esta teoría es la Sierra Juárez y la zona Mixe, donde se enseña música desde la niñez a los ciudadanos y la región es la única en la entidad que tiene cero indicadores de inseguridad. «Nuestros pueblos tiene una cultura de música de arte, de tradiciones, su vocación no es violenta».

En su opinión, el gobierno de Salomón Jara tiene una gran oportunidad de trascender porque han puesto sobre la mesa la cultura y la paz , algo que olvidaron otros gobernantes.

En su opinión, la apología de la música es el antídoto contra el crimen y la inseguridad. “Está comprobado que sí y el ejemplo es el Sistema Nacional de Coros y Orquestas de Venezuela, o el prototipo que creó el Presidente del Brasil Lula Da Silva cuando empieza a seleccionar policías que tengan el perfil musical, artístico, pedagógico y deportivo, lo que permitió pacificar Las Favelas”, expuso el funcionario.