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«Hay Tamales»: el grito de superación de un pregón que reta a la COVID

“Ayúdeme usted a vender tamales”, así se encomienda cada mañana a Dios, Jorge Calderón, quien diario recorre la ciudad con su triciclo para vender tamales y champurrado. Parte desde la colona Alemán y se traslada hasta el Centro Histórico de la capital oaxaqueña, hasta que termina de vender los 60 tamales que le son encomendados.

Historia de superación

Este joven oaxaqueño, de 24 años de edad, salió de su natal Cuicatlán, en la región de la Cañada, con un solo objetivo: ayudar a sus padres, quienes durante toda la vida se han dedicado al campo, a la siembra para autoconsumo. Actualmente ya tiene tres años que partió de su comunidad de origen y afirma sentirse satisfecho de poder apoyar a sus progenitores.

Frijol y maíz es lo que principalmente siembran los padres de Jorge Calderón, que además tiene tres hermanas y un hermano, quienes han dejado la casa de sus padres para levantar el vuelo y formar su propia familia. Además, Jorge es el menor de todos, por lo que es su responsabilidad apoyar a quienes le dieron la vida.

Actualmente no tiene familia propia, es soltero, por lo que únicamente renta un pequeño cuarto, en donde se levanta desde muy temprano para poder llegar en punto de las 8 de la mañana con la señora que elabora los tamales y es ahí en donde realmente inicia su jornada laboral.

Esfuerzo físico y condiciones adversas

A Jorge le son comisionados 60 tamales, a pesar de que la vaporera tiene capacidad para 120 piezas. Los tamales que ofrece son de verde, rajas, mole y dulce. Y asegura que a veces se acaban los tamales, pero también a veces sobra un aproximado de 10 a 15 piezas.

El triciclo, junto con la vaporera y el recipiente donde transporta el champurrado, pesan aproximadamente 100 kilos, por lo que debe recorrer trayectos importantes utilizando sus brazos para dar dirección, pero sus piernas para movilizar todo este equipo.

Asegura que aunque esté lloviendo, debe salir a trabajar, solo con la protección de algún plástico que permita el mínimo paso del agua hacia su cuerpo.

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